Pintor de Vitoria

No hay canción más alavesa que la de Los Pintores de Vitoria. Y por eso yo también fui uno de los 4 cabezudos originales de 1917. Sí, en Carnaval veníamos de pintar las estaciones de Achuri y de Amara, pero nos apuntábamos a cualquier fiesta.

Soy blanco de pies a cabeza: visto una bata que hace juego con mi melena cana. Lo de mis orejas de soplillo… será una licencia de nuestro aita canario-vitoriano Marco Adolfo Ibáñez de Matauco, que nos rescató en 1985 tras 57 años congelados. Allí, en Lanzarote, estuvimos César Manrique y yo compartiendo largas charlas.

No llevo botxintxa porque soy más de pintar. ¡Cuántos momentos de las fiestas hemos plasmado en lienzos! Aunque, cuando pegaba, también plasmé alguna tripa de cerdo en las espaldas de los vitorianos más traviesos.

Te dejo, que ya viene el tren con su soniquete: «Los pintores de Vitoria han terminado ya de pintar…»