Historia de los gigantes y cabezudos de Vitoria
Textos de 1643, de 1728 y de 1747 hacen referencia a la existencia de unos gigantes en la ciudad de Vitoria. Son referencias, sin embargo, muy leves. Las de 1643 y 1747 hablan del sueldo para la persona encargada de cuidar de los gigantes. La de 1728 incluye a los gigantes en unos festejos religiosos en torno al convento de San Francisco.
El rey Carlos III prohíbe que los gigantes vayan en las procesiones.
Se organiza un festival taurino para comprar una comparsa de gigantes y cabezudos. Los amplios beneficios, sin embargo, acabaron entregándose a la beneficiencia. El Ayuntamiento de la época no tenía interés en crear una comparsa.
Los gigantes y kilikis de Pamplona vienen a Fiestas de Vitoria por primera vez.
La comparsa de Pamplona vuelve a Vitoria-Gasteiz. Tras su segunda visita, arranca la campaña decisiva para crear una comparsa propia en Vitoria.
Ideas para los gigantes: el articulista Ángel de Apráiz, que firmaba sus artículos como 'Arritoin de Aranceta' sugiere para los 'nanetes' o cabezudos personajes ilustres de la sociedad vitoriana. Tipos que llamaba 'de ahí en eso'. Entre las propuestas estaban los que finalmente salieron.
Pero también propuso otros como El Sacamantecas, el ladrón Tremiño, El Apurau de las Cercas, El Fuerte de Arbulo, La Pisqui, Macetas, el gordo 'Choría, Mangarrota, el boticario Zabala... Personajes todos ellos reales del siglo XIX y principios del XX.
Comienzan las campañas de recaudación de fondos para comprar los gigantes y cabezudos. Hubo funciones de teatro, una corrida organizada por los peluqueros de Vitoria-Gasteiz y numerosas donaciones de vitorianos.
Angel Egileta, 'Un Aldeano', impulsó de forma decisiva la adquisición mediante colectas de los gigantes y cabezudos. Se recaudaron 1.322,75 pesetas.
Nacen los Caseros de Aramaiona, los Aldeanos de la Montaña Alavesa y los cabezudos Escachapobres, Cachán, Celedón y el Pintor de Vitoria. Una pareja de gigantes se fabricó en Madrid, y el resto en Vitoria-Gasteiz (en el estudio de Isaac Díez).
Avancemos con la historia de los gigantes y cabezudos. Nace el pasacalles Celedón, un año después de nacer el Cabezudo Celedón y muchos años antes de que el primer muñeco bajará desde San Miguel. Mariano San Miguel edita cuartillas que vende para sufragar los gastos de adquisición de un Gargantua.

Nacen Los Regüeveros, dos nuevos gigantes que representan a los portavoces de los pueblos en las Juntas Generales de Álava. Una pareja que en 1917 se propuso como cabezudos, y que 11 años después surgía como gigantes.

1929 es también el último año que salen Escachapobres, Cachán, Celedón y El Pintor de Vitoria.

Nacen seis nuevos cabezudos, sin parecido con ningún personaje vitoriano. Son seis cabezas mucho más ligeras que las anteriores, y a las que en años posteriores los propios niños les dieron distintos nombres.
Eran La Señorita, La Rubia, Calva Seca, La Vieja, Llorón y Ojo Biriqui. Costaron 2.300 pesetas y tienen poco parecido con las cabezas actuales.

Nacen los reyes de la Baraja originales, de un aspecto mucho más serio que los actuales. Fueron financiados por Félix Alfaro Fournier y cedidos al Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Los fabricaron en un taller de Enrique Sáez López de Guereñu en la Plaza de la Provincia.

Celedón baja por primera vez y, al romperse el cable, José Luis Isasi saluda desde el tejado. Los gigantes y cabezudos asisten en primera fila a la primera bajada de Celedón.

Los Reyes de la Baraja que regaló Fournier a Vitoria dejan de salir. Su excesivo peso y la falta de porteadores hizo que estos gigantes desaparecieran. No se sabe qué ocurrió con estas cabezas.

Los seis cabezudos modernos son rehechos por completo, aún en cartón piedra. Las cabezas antiguas desaparecen en 1979 de los almacenes municipales, aunque una cuadrilla paseó en 1980 una de las cabezas, según recogen testimonios de la época. La imagen corresponde a las nuevas cabezas, en la portada del libro de José Mari Sedano 'Vitorianos de Cartón'.

Llegan desde Canarias nuevas reproducciones en fibra de vidrio de los cuatro cabezudos clásicos desaparecidos en 1929.
Fueron realizadas en Lanzarote por el artista vitoriano Ibáñez de Matauco y costaron 735.000 pesetas. Llegaron a Euskadi en barco. (Foto de L&P)
Los gigantes viajan a Bruselas.
Llega el relevo de los porteadores: entra un grupo joven que sustituye a las familias que los habían llevado durante muchos años.

Los Reyes de la Baraja reaparecen, con un aspecto idéntico al de la baraja, y nada tenían que ver con los gigantes originales. Cada uno costó 768.880 pesetas. El día de Reyes de 1991 Melchor, Gaspar y Baltasar enseñaron las dos primeras cabezas, y su estreno fue el 21 de abril de 1991.
75 gigantes participan en la mayor concentración realizada nunca antes en Vitoria-Gasteiz. Con esta concentración se quería celebrar los 75 años de la comparsa.

Durante los años 90 se produce la gran renovación de la comparsa. Las cabezas de los gigantes y cabezudos pasan de ser cartón piedra a ser fibra de vidrio. Además, la estructura de los gigantes deja de ser de mimbre, y pasa a ser de madera, desmontable.

Nacen las sotas y los caballos de la Comparsa. Las sotas y caballos de la comparsa de Vitoria-Gasteiz preceden desde los años 2000 a los gigantes y cabezudos. Son personas a tamaño real disfrazadas de sotas y caballos. Los caballos se inspiraron en los Zaldikos de Pamplona, aunque los de Vitoria no pegan y solo desfilan.
Los gigantes de Vitoria-Gasteiz cumplen 100 años y lo celebran con una concentración. Acuden a la fiesta ocho de Donostia, seis de Bilbao, otros seis compartidos por Amurrio y Orduña, dos de Laguardia, dos de Oion, cuatro de Txantrea, cuatro de Buztintxuri, cuatro de Noain y diez de Bergara.

La Vieja y la Señorita resurgen como cabezudas, tras más de dos décadas desaparecidas. En la última renovación de los 90 solo se sustituyeron cuatro cabezas de las seis que había. Cada una de ellas costó 1.000 euros y fueron fabricadas por Eskuartean
Fotografías del Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz y del Archivo Provincial de Álava. Información obtenida del libro Gigantes, Cabezudos y Gargantúa; Vitorianos de cartón; Historia de una comparsa, obra de José María Sedano.