Autor
Isaac Díaz / Marco Ibáñez de Matauco
Peso y altura
12kg/1,51m
Año de creación
1917
Año de reaparición
1985
Soy Escachapobres y sí, puedes decir que tengo cara antigua. Nací como cabezudo en 1917, aunque desde 1928 hasta 1985 estuve congelado, como dicen que está Walt Disney. En realidad estuve desaparecido, porque los cabezudos modernos (Ojo Biriqui y compañía) nos quitaron el puesto.
Soy un gran cabezudo, uno de los llamados cuatro cabezudos clásicos. Peso 12 kilos por culpa del enorme sombrero que porto. Hoy apenas salgo a la calle. Tan solo el 4 de agosto tras la bajada de Celedón nos paseamos por las calles de Vitoria-Gasteiz. Aunque en los 80 llevábamos botxintxa, hoy ya no. Mi cabeza me impide correr detrás de los txikis. Además porto un chaqué que no queremos que se arrugue.
Dicen que soy una imitación de los ‘Escachas’ que había en el siglo XIX en Vitoria-Gasteiz. ¿Y quiénes eran los escachas? Dos celadores del Hospicio de Vitoria. Eran dos personas que hacían una labor en ocasiones desagradable y mal pagada. Cobraban 1,5 pesetas de sueldo diario: 45 pesetas al mes. Esto, para los Z, eran 0,9 céntimos de euro diarios, una miseria incluso para aquella época.
Los dos últimos escachas que trabajaron para el Ayuntamiento fueron el señor Galdeano y El Señor Perico. Ese último era un señor muy flaco, muy alto y un hombre de mal humor. Y dicen que me parezco al señor Perico. Pero nadie me ha llamado así nunca.
¿A qué se dedicaban los Escachas? A no permitir la mendicidad en las calles de Vitoria más allá de las horas y días que autorizaba el alcalde. Estaban contratados para llevar al Hospicio a los pobres que encontraban en la calle. Aunque también los trasladaban al cuartelillo si se enfrentaban a ellos.
Yo soy un personaje festivo, aunque ya veis por mi cara que la fiesta no me va mucho. Simplemente hago mi trabajo, como lo hacían los pobres escachas que iban los 365 días del año trabajando con este mismo atuendo más propio de un funeral que de una fiesta. ¿Cómo no iba yo a dar miedo a los niños?