La Vieja

Si no llamas Vieja a tu abuela… ¿por qué a mí sí? ¿No será para cabrearme y que vaya detrás de ti con la botxintxa?

Sí, yo soy la abuela de La Rubia, no podemos negarlo. Incluso ambas cabezudas llevamos el mismo moño y corte de pelo. Yo tengo canas que intento disimular, aunque sin excesivo éxito.

He estado 30 años en el purgatorio, desaparecida en combate para los vitorianos desde los 90. Huí en busca de paz, pero me quedé ahí. En 2022 por fin volví a renacer en la tierra de la mano de Eskuartean. Pero no me reencarné en nadie. Ni siquiera volví más joven. Y el ceño fruncido ya sabéis por qué es. Por cierto, algunos dicen que soy pareja de ‘Llorón’. Incluso hace años le envejecieron y le pusieron el pelo blanco. Ni confirmo, ni desmiento que haya algo entre nosotros.

Antes de desaparecer, mi historia es idéntica a la del resto. Nacimos en 1930 en los talleres de Higinio Basterra como piezas únicas, sin parecido alguno con nada ni nadie. Esto hizo que ilustres vitorianos como Venancio del Val dijesen que lo mismo éramos de Vitoria o de Villagómez La Nueva. Por cierto, para quien lo quiera buscar: ese pueblo está en Valladolid, tiene 68 habitantes y hasta un palacio.

Pero esa polémica fue hace 94 años. Y yo me siento vitoriana, aunque en estos 30 años de purgatorio la ciudad ha cambiado mucho. Cuando desperté en 2022, descubrí una ciudad mucho más grande, más moderna y verde que en los años 90. También con más coches y mucho más diversa. Y, lo que más rabia me da…. ¡las botxintxas ya no son de tripa de cerdo!

Por cierto, otros compañeros te han chivado que en 1930 costamos 583 pesetas. ¿Sabes cuánto costé yo en 2022? 1.000€.

Ah! Y, como mis cinco compañeros, tengo también un doble. Sí, como los actores y actrices: esos dobles son los que nos hacen el trabajo en las fiestas de los barrios. La Señorita y yo tenemos unos dobles más similares a nosotras. Pero otros como Calva Seca y Ojo Biriqui….¡jajajajajajaja! No sé cómo no se dan cuenta de que no son ellos.