Autor
Basterra / Jimeno / Menina
Peso y altura
0,8 / 7kg
Año de creación
1930
Año de renovación
1974 / 1997
Soy Ojo Biriki, el cabezudo más famoso de Vitoria-Gasteiz. Y no es para menos: soy el más temido por los txikis que pasan a mi lado. Casi doy tanto miedo como el feo kiliki Caravinagre, mi paisano pamplonés con el que de vez en cuando me voy de potes por Estafeta.
Nací en 1930 junto a mis cinco ‘hermanos’, para jubilar a los cabezudos clásicos. Nosotros somos originales, no como ellos. No nos parecemos a ningún vitoriano ilustre. Higino Basterra fue nuestro padre y quien nos dio forma en 1930. Aunque Venancio del Val dice de nosotros que lo mismo éramos de Vitoria que de Villagómez La Nueva, tengo que decir que somos tan vitorianos como el ilustre Venancio del Val.
Yo nací sin nombre, pero pronto los babazorros de la época me pusieron un mote: soy Ojo Biriki. La gente de fuera no entiende el porqué de este mote, ya que biriki en Euskera es pulmón. Incluso en castellano se usaba biriqui antaño como un guiso hecho con pulmones.
Pero mi mote no tiene nada que ver con el pulmón, pese a mi gran agilidad y mi excelente forma física. Biriqui es una persona bizca, según una expresión que se utilizaba antaño en Lagrán y el entorno de Izki, explicaba José Mari Sedano. En mi defensa alegaré que no soy bizco. Pero sí tengo un ojo amoratado y casi cerrado. Mi ojo bueno es el derecho, pero no te creas que no veo por el izquierdo. ¿Quieres comprobarlo?
Aunque esta cabeza de cartón piedra nació en 1930, ha pasado en varias ocasiones por el quirófano. En 1974 me enviaron a Valencia, a la ‘clínica’ de los hermanos Jimeno, y en 1997 me convirtieron en una cabeza hueca de fibra de vidrio en los talleres Menina de Hondarribia.
Hace unos años el Ayuntamiento nos dejó sin las botxintxas de tripa de cerdo seca. ¡Era una gozada pegar con ellas! Pero cuando cerraron el matadero, nos quedamos sin ellas. Ahora golpeamos con unas espumas que hacen ruido, pero que me dejan con las ganas de dar más fuerte.
En 2022 la modista Txaro Iturralde creó para nosotros unos trajes muy elegantes. ¡Ya estábamos cansados de llevar bata como si fuésemos unos niños de Haurreskola!