Autor
Isaac Díaz / Marco Ibáñez de Matauco
Peso y altura
8 kg /1,2m
Año de creación
1917
Año de renovación
1985
Soy Celedón, el cabezudo con el nombre más festivo. Y, antes que nada, vamos a aclarar las cosas. El hombre que baja cada 4 de agosto desde San Miguel, también se llama como yo. Y tiene el mismo espíritu festivo. Al fin y al cabo ambos vivimos del mismo espíritu festivo.
Porque Celedón no es una persona, es un símbolo. Yo nací 40 años antes que la primera bajada. ¡Incluso soy más viejo que el mítico pasacalles de Mariano San Miguel!
Arritoin de Aranceta (Ángel de Apráiz) fue quien me propuso cobrar vida en 1917. Porque hasta el momento solo se sabía de mí que tenía una casa nueva con ventana y balcón. Nada más, pero ya hablaban de mis gestas en el siglo XIX miles de vitorianos de la Llanada.
Tengo un gorro encalado de color verde. Parece que llevo un casco de patinete eléctrico, aunque yo me muevo a pie, he de decir. Mi cabeza es muy grande y visto blusón a cuadros y pañuelo rojo. Aunque en 1917 tenía grandes mofletes, mis 56 años congelado me llevaron a cambiar de aspecto. De hecho, se me ha quedado la boca parecida a la de Ojo Biriqui, ese cabezudillo que nos dejó sin trabajo desde 1929 a 1985.
Por mí corre ahora sangre insular. Porque renacimos en 1985 en la tierra de César Manrique. El vitoriano Marco Astolfo Ibáñez de Matauco nos dio forma en su taller de la Caleta de Famara, en una tierra de volcanes bañada por el Atlántico. Nuestro viaje a Vitoria-Gasteiz fue un auténtico crucero: desde Lanzarote hasta el Puerto de Bilbao. Yo y mis compis costamos entonces 735.000 pesetas (4.417 euros).