Autor
Isaac Díaz / Marco Ibáñez de Matauco
Peso
9 kg
Año de creación
1917
Año de renovación
1985
Cada vez que miro la foto de 1917 pienso… ¡qué bien he envejecido! Soy el cabezudo Cachán, el famoso vitoriano de Casa Cachán y el Callejón de Cachán. Sí, también fui el hombre del saco en algunas historias que los padres contaban hace muchos años. Os cuento mi vida, porque los más mayores habréis oído hablar de mí, pero el resto…
Yo era un hortelano que vivía en un Callejón donde hoy está Dendaraba, en la Calle Independencia. Ahí estaba ‘Casa Cachán’. Si has utilizado esta expresión alguna vez para decir que algo está lejos… piensa que en el siglo XIX vivía a las afueras. Vamos, como si hoy viviese en Mariturri o en Goikolarra. Al callejón en el que vivía le pusieron en 1867 mi nombre. Un callejón que existió desde el siglo XIX hasta que construyeron Dendaraba.
Dice de mí Venancio del Val que era «un hombre viejo y poco aseado, que iba con la chaqueta al hombro calzando una alpargata y un botín, y portando un saco». Por eso Ángel de Apráiz quiso que yo fuese uno de los cabezudos, para amedrentar a los txikis. Gané la partida al Sacamantecas, otro de los cabezudos que se propusieron en 1917.
Hoy mi aspecto no es, ni mucho menos, el de alguien poco aseado: visto un chaleco bien elegante. Como mis compañeros, desaparecí en 1928, aunque en 1985 volvimos todos a la vida en Lanzarote. Pero de ese renacer mejor que te hable El Pintor.
Hoy podría decirse que estamos jubilados y que apenas trabajamos. Solo nos sacan de paseo el 4 de agosto por la tarde, y ya no corremos con botxintxa. Ahora caminamos de la mano de las sotas: ellas son más jóvenes y saben que a los mayores hay que cuidarnos.